Nada garantiza el éxito económico; ni la suerte, ni la inteligencia, ni el tezón, ni la ayuda...
Quizás lo tengas o lo puedas tener y las causas podrían ser diversas.
Pero el verdadero éxito depende únicamente de un factor común: la integridad.
Las personas íntegras podrán ser pobres, pero siempre serán un ejemplo
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